Monday, December 21, 2020

El año que pintamos peligrosamente (I)

Termina el que sin duda alguna será recordado como uno de los peores años del siglo XXI, y que fundamentamente ha hecho nuestras vidas cotidianas más difíciles, a veces incluso, terriblemente dolorosas.

Un año en el que nos hemos convertido en anacoretas, recluidos en nuestros hogares y que, para solo circuscribirnos en nuestro hobby, nos ha negado jugar con nuestros compañeros y amigos, incluso impidiendo que pudieramos juntarnos para charlar de nuestras cosas. 

Con la mejor de las voluntades, y con el convencimiento de que regresaríamos algún día a la normalidad para vernos las caras, algo que más tarde o más temprano ocurrirá, también hemos acudido a nuestro hobby en busca del sosiego y la relajación de nuestras mesas de trabajo. Durante lo peor del confinamiento hemos recurrido a esa pila enorme de cosas pendientes, esa montaña de plástico y metal, siempre intimindante y hemos hecho que se reduzca un poco de tamaño (¡un poco al menos!) y aunque negaré haberlo dicho, me alegra que dicha montaña estuviera ahí, esperando...

Por eso, y aprovechando que éste año termina quiero compartir con vosotros el resultado de esas horas de trabajo así como mostrar los nuevos e ilusionantes proyectos en los que estoy embarcado. Serán 5 entradas diferentes las que iré subiendo en estos últimos días para dejar constancia de que cansados, desanimados y fatigados aún perseveramos en nuestra afición.

Para hoy un avance modesto, las flotas americanas y japonesas para Cruel Seas, el juego de Warlord sobre combate costero en la segunda guerra mundial.

En primer lugar os muestro las Elco de 80 pies, verdaderos acorazados en miniatura por su armamento pero con una piel fina y delicada. Apodados los "Barge Buster"  por su radical y eficaz empeño en borrar del mapa a las barcazas japonesas de las islas Salomón y caballos para todo durante la guerra del Pacífico. Durante el coflicto sus más temibles adversarios fueron los hidroaviones y los destructores japoneses sin olvidar los riesgos de navegar en aguas someras cerca de la costa que dieron buena cuenta de muchas de ellas.

A su lado las Higgins de 78 pies, construidas en un número menor que sus hermanas Elco, interiormente casí mellizas de las Elco, dado que su motorización erá la misma y que también visitaron aguas europeas durante el conflicto. Para mi gusto estéticamente más feotas que sus congéneres pero igual de mortales y efectivas.

Por último un vistazo a la flota "mosquito" japonesa. Por tamaño destaca un cazasubmarinos tipo CH-13, armado con un cañón de 80 mm en proa y una pieza de 25mm a popa (luego cambiada por una pieza triple de igual calibre). Un barco de lineas modernas que tuvo siempre como función básica  la lucha antisubmarina. Como curiosidad decir que ninguna de las 15 unidades de dicha clase entró en combate con lanchas torpederas durante el conflicto. 

A su lado, las pequeñas lanchas torpederas T-14, de las que se llegaron a construir 81 unidades. Armadas con dos torpedos de 457mm (muy lejos de los temibles Long Lance" de 610mm) y una pieza de 25mm (que solo disponía de 15 proyectiles como dotación). 

Por último la mítica "Daihatsu", barcaza de desembarco, de las que hubo multitud de variantes, algunas de ellas armadas con ametralladoras de 13mm, 20mm o cañones de hasta 37mm o montajes de fortuna con piezas de infantería de 75mm. Son, con diferencia, las que en mayor número se enfrentaron a las lanchas norteamericanas en las aguas de Nueva Guinea y Filipinas. 





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