Thursday, December 28, 2017

INQUISIDOR KARONTIDES Y SÉQUITO


Muchos alejan su mirada de él, con el rechazo instintivo y la natural repulsión que provocan la contemplación de sus horribles y torturados miembros flotando dentro del tanque de soporte vital. 
Su hogar, su casa.. su ataúd.

Desde que "aquello" ocurrió el jamás se ha permitido un instante de olvido, una fracción de solaz  mental o distracción alguna y tampoco permite que nadie lo haga, ya sean amigos o enemigos. Y que mejor manera que mostrarse ante todos como estandarte viviente de su dolor y de su rencor.
Sus ganas de sobrevivir y superar el trauma están tan firmemente cimentadas como el odio y el rencor que siente contra quienes le convirtieron en lo que ahora es, un amorfo recuerdo de lo que antaño fue un ser humano.

Ha obtenido sus fuerzas del perenne padecimiento y del resentimiento que sufre pero ha jurado devolverlo multiplicado mil veces espoleado además por sus creencias sobre un Imperio decadente, roído en sus estructuras, podrido en sus ideas y corrupto en sus líderes y estamentos.

Quizás la mejor manera de entender las razones por las que el Inquisidor Ebenezer Karontides pertenece a la facción de los Recongregadores sea mantener la mirada ante sus carnes purulentas, breves, atormentadas, de lo que una vez fue ser humano y entender el inmenso deseo de transformación que puede albergar el alma de “eso”.

Karontides nunca ha ocultado sus ideas, a sabiendas que sus eternos enemigos, los Amalatianos han jurado erradicarle a él y a su mentor, Lord Anton Zerbe de la faz del imperio. Sin embargo Zerbe mantiene un draconiano equilibrio entre las diferentes facciones de la Inquisición que le ha permitido tener a resguardo a Karontides de las maquinaciones e intentos de asesinato a la vez que le ha apoyado en sus conflictos cuando alguna de las otras ramas han intentado romper el frágil equilibrio que como regente de la cábala Tiranista ha jurado mantener.
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Su cámara de reclusión, soporte vital y armadura en una misma estructura se traslada sobre un armón autopropulsado creado por el Adeptus Titánicus, del cual se puede desprender para trasladarse mediante repulsores gravíticos.
Al objeto de poder interactuar fisicamente con el entorno, su "ataúd" está equipado con una garra mecánica de considerable fuerza y para defenderse de posibles amenazas armado con un potente Blaster de Fósforo. 
Desde la salida a la venta de la caja de objetivos del Sector Imperialis la cripta de estasis xenos estaba llamada a ser destinada como ataúd/vivienda del Inquisidor. Para acentuar más el carácter de la Inquisición he añadido en su parte superior un querubín extraído de una caja de tropas del imperio de Age of Sigmar así como un altavoz. Todo el conjunto se sostiene mediante un imán de neodimio del tractor de un servidor de batalla Kataphron, añadiendo del mismo set el blaster y la garra mecánica.
El rostro de Ebenezer Karontides es una cabeza de Ogryn conectada con cables del Adeptus Mechanicus y un brazo de goblin para incrementar la decrepitud del cuerpo del Inquisidor. Es lo único que sobrevivió a "aquello"...

Sin embargo el arma más poderosa del Inquisidor es su mente ya que se ha formado como un poderoso psíquico, aunque Ebenezer prefiere mantenerlo en secreto y canalizar dichos poderes a través de los psíquicos primarios que integran su séquito, como el Consiliario Baunwitz.
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Las figuras de los Psíquicos primarios del Astra Militarum siempre me han atraído, en especial ésta con el rostro torturado por el esfuerzo mental mientras con una mano se apoya en el báculo y con la otra intenta aliviar el dolor del esfuerzo que está llevando a cabo para manifestar sus poderes. 

Los Priostes de la hermandad del Santo Ursus son la carne de cañón del séquito de Karontides. Devotos hermanos a los que las imágenes de la redención de sus pecados otorgan de fe inquebrantable en la limpieza de los contaminados, los decadentes y los pecadores.
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Nada como los Flagelantes del Imperio para recrear a unos fanáticos devotos capaces de lo peor. Unas figuras muy fáciles de modificar y plenas de carácter. 

Lord Zerbe ha destinado un preciado activo del arsenal del imperio al séquito de Karontides en las figuras de las dos Anathema Pskyana que actúan como guardaespaldas del inquisidor. Rhadamantis y Jemina, ambas pertenecientes a una escuadra Vigilator. 
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Las hermanas del silencio me parecían las más adecuadas para cerrar el séquito del inquisidor. El único problema es que las cabezas que acompañan a las figuras son muy pequeñas y carentes de personalidad por lo que las he suplantado por unas cabezas femeninas de la marca Statuesque que encajan a la perfección. El escudo está sacado de la matriz de los marines de la Deathwatch.

Con esta última escuadra completo la colección de las cuatro bandas de Inquisidores a los que espero enfrentar entre si en una próxima campaña. Espero que os gusten y aprovecho para desear a todos un 2018 cargado de cosas buenas.

4 comments:

  1. Siempre me encantó la inquisición y el trasfondo de dark heresy, así q estas minis y su historia me han enamorado.
    Mi más sincero reconocimiento.
    Un amalatiano saludo

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  2. Pues de nuevo muchas gracias por tus comentarios Señor Serviorco !!!

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