“Cero, cinco, cero, cero... Levanté la vista del reloj. El traqueteo del HMMWM a duras penas consigue mantenerme despierto a pesar de la pastilla de Modafinil que ingerimos la noche anterior. Pero llevamos demasiadas horas sin descansar y recibimos luz verde apenas tres horas antes.
Seguimos la ruta “Fiat”, mucho más tranquila desde hace unas semanas tras abandonar “Ferrari” y “Porsche” por el elevado número de incidentes con IED ocurridos en los últimos días. No hay nada como un utilitario cuando uno no se puede permitir un coche de lujo, pensé para mis adentros.
Tras esos evocadores nombres se ocultaban las rutas que partían de Bagdad hacia Faluya, Ramadi, Kerbala, Nayaf y un sinfín de poblaciones del Iraq más sublevado tras la invasión.
Me encontraba en Víctor 4 con Milovici, nuestro NCO, Mancuso y el cabo Drake. Éste último dando bandazos de lado a lado en la torreta de la “Ma Deuce”. El indicativo de nuestra sección: “Duck 2”.
A la cabeza del convoy estaba Víctor 1, con la primera escuadra; mi compañero de taquilla Zúñiga , el cabo Vellabia y el resto de la primera escuadra: Brunick, y Hollebouck. A todos los efectos “Duck 1”.
50 metros más atrás le seguía Víctor 2, conducido por Klimovsky y el cabo Torres manejando la 40 Mike-Mike. Y a continuación Víctor 3, justo delante de nosotros. Al volante Galloway y Mageela como artillero.
Víctor 2 y 3 solo llevaban la dotación mínima, las plazas libres serían ocupadas por los hombres a los que íbamos a recoger; dos escuadras de tiradores de élite que tras pasar varias noches de caza nos esperaban en una granja abandonada situada junto a unos campos de regadío al este de una población llamada Sahiliya.
Entrar rápido, salir rápido...
Sin apenas darme cuenta el cielo tornó rosáceo, había llegado el crepúsculo astronómico. Pronto sería completamente de día. La radio crepitó – 1 click para alcanzar Papa Tango 1 – A pesar de la cacofonía de la radio y el rugido de los motores el acento de los grandes lagos identificaba la voz de Vellabia en Víctor 1.
-Copiado. – contestó Milovoci – Atentos ahora, impares izquierda, pares derecha, Galloway acelera que est.... - ¡THRASHHHH, TRASHHHH, THASHHHH!!!
Lo vi de inmediato, yo iba sentado atrás a la derecha y de un edificio bajo situado a mi lado brotaban unos largos y estrechos relámpagos de color dorado y carmesí, que viajaban desde el lateral de la fachada hacia el convoy. – ¡Artillado a las 2¡ - grité.
¡¡¡Romper, romper, romper!!!, replico Milovici. Una nube espesa de humo se alzó por delante nuestro mientras Mancuso daba un volantazo y frenaba en seco para no estrellarse contra Víctor 3. La voz de Torres ocupó la radio - ¡Ali Babas en cero, cuatro, cero. Víctor 1 alcanzado. Duck 1 desembarcando!
- Duck 2 para Duck 1. ¿Me copia? ¿Estado? – Duck 1, ¿Me copia? – a pesar del repentino caos la voz de Milovoci permanecía serena. Soltaba de manera regular el pulsador del PRC-148, esperando respuesta, como si estuviera de maniobras. Tras una pausa de espera le escuché como comunicaba con nuestro FOB requiriendo apoyo aéreo. Duck 1 continuaba en silencio... o no quedaba nadie con vida para contestar.
Extraje el cargador de mi arma para comprobarlo, pero con los nervios lo solté y se me cayó al suelo. Los vaivenes del vehículo lo movían de aquí para allá y a pesar de mis intentos no alcanzaba a recogerlo. En mi cabeza no dejaba de pensar que ahí afuera Zúñiga podría estar muerto o desangrándose junto al resto de los hombres de Duck 1. Abandone todo intento de alcanzar el bailante cargador. Saqué otro de mi chaleco y monté el M4.
Milovici pulsó una nueva frecuencia – Para toda la malla, fuego autorizado. Milovici se giró hacia Mancuso – Detente aquí. ¡Todos abajo menos artillero! De inmediato recibí la lluvia de los casquillos pesados que se desparramaban sobre el suelo del Humvee y quedaban a mis pies desprendiendo calor. Drake no había vacilado ni un instante tras escuchar las órdenes del sargento.
Sin esperar a detenernos del todo, abrí la puerta y salte a tierra. El “polvo lunar”, como lo llamábamos, lo invadía todo tras las brusca parada y la caída de los impactos a nuestro alrededor.
A duras penas, tropezando, alcancé a ver a mi izquierda a los restantes Humves. Víctor 2 había acelerado y sobrepasado la carcasa humeante de Víctor 1. Milovici le había ordenado a Klimovsky acercarse a la granja, apenas 200 metros por delante para embarcar lo antes posible a los francotiradores. Estaba a punto de llegar.
Víctor 3 se había detenido para abrir fuego. Miré hacía allí y seguí con la vista la dirección en la que apuntaba su torreta y encontré de nuevo la casa del artillado, a nuestra derecha Comencé a disparar de forma espaciada, intentando ser los más preciso posible. Mis disparos caían cortos, corregí, apuntando un poco más arriba. La vista ampliada del AGOG se lleno de unas pequeñas nubes que parecieron formarse de la nada junto a la vivienda. Mageela habían alcanzado al Toyota Artillado con el 40 Mike-Mike. Los restos de Hilux comenzaban a arder.
Pero al cesar los impactos del lanzagranadas me percaté que a nuestras seis se identificaba el tronar de una ametralladora pesada Dushka. Milovici estaba al otro lado del Humvee disparando hacía mi espalda – ¡Víctor 3, tangos en dos, dos, cero, repito tangos en dos, dos, cero! ¡Retrocedan! –
Mageela hizo girar la torreta en dirección a la nueva amenaza pero de inmediato su vehículo quedo despedazado ante nuestros ojos.
Los disparos habían partido de un nuevo artillado situado en un promontorio rocoso al este de la granja. La torreta de su ZSU-23 acababa de destrozar al humvee y giraba ahora para batir el edificio.
-Duck 2 de Duck 1, aquí Brunick, tenemos dos bajas pero nos hemos refugiado cerca del muro exterior de la granja. Estamos bajo fuego de un artillado con pesada – Al parecer Duck 1 había podido salir antes de que su Humvee fuera destruido, como había dicho Torres ¿Estaría Zúñiga con vida?
Milovici les indicó que buscarán cobertura y esperarán nuestra ayuda, al tronar de los disparos de ametralladora, se unían ahora los disparos contra la granja del recién llegado. Busque en los bolsillos del chaleco y me puse los tapones. En mi cabeza todo quedo amortiguado y por eso se me antojó como un ilusión óptica las estelas de humo que salían por detrás del edificio donde estaban los restos del primer Toyota destruido. Me quité uno de ellos y escuché perfectamente el sonido del disparo de un lanzacohetes. Habíamos caído en una emboscada perfecta.
Milovici había establecido contacto con los francotiradores a quienes debíamos evacuar y tuve la impresión de que los papeles se habían invertido. Ellos ya estaban embarcando en Víctor 2. La granja continuaba recibiendo el castigo del ZSU-23. Los proyectiles de 20 mm arrancaban grandes pedazos de mampostería pero no parecían atravesar los gruesos muros del edificio agrícola.
– Mancuso, sube al Humvee con Drake y no paréis hasta la granja, recoger a la segunda escuadra, sin deteneros por nada. – El vehículo partió a toda velocidad y de repente me sentí desnudo en medio de aquel terreno desolado sin apenas cobertura. Milovici se acerco a mi lado y ambos abrimos fuego contra la artillada del bosquecillo de palmeras al Oeste.
La maldita ametralladora disparaba a ráfagas cortas y regulares pero el bosque de palmeras nos impedía discernirla bien. Solo abríamos fuego cuando divisábamos los gases de disparo del arma.
La radio volvió a crepitar – Lima de Klimovsky, ¿Me copia? – Milovici contestó – Alto y claro. Vamos de regreso con la mitad de los francotiradores. Los miembros de Duck 1 acaba de recibir fuego de morteros o cohetes. No lo sé. Creo que no queda nadie con vida – Milovici se levanto el casco y se giro sobre su espalda. – Comunica con Mancuso y dile que se de prisa. ¡Cagando leches!-
¿La segunda muerte de Zúñiga? Quizás, no sé. El lanzacohetes había tomado por objetivo a Duck 1, incapaz de moverse la escuadra era el blanco perfecto para ellos.
Milovici me ordeno saltar a una rocas más a nuestra izquierda, con mejor cobertura. A nuestra derecha parecía haber cesado el disparo de cohetes, pero seguramente estaban recargado el lanzador. Klimovsky en Víctor 2 paso a nuestro lado a toda velocidad de camino a la base.
- Víctor 3 para Duck 2- Milovici bajo el arma y se acurrucó para contestar. Escuché la voz de Mancuso. – Lima, ya habíamos embarcado pero nos han alcanzado. Vehículo inutilizado, nos refugiamos en el muro exterior. Drake es baja.
Me giré hacia el sargento, y a pesar de todo el caos que continuaba a mi alrededor me concentre en observar su rostro. Las arrugas, el sudor, el polvo, los rasguños, todo eso estaba ahí, pero por primera vez también me di cuenta de toda la frustración y la desesperanza que reflejaban sus facciones.
A lo lejos me pareció escuchar el rugido de un avión, después un brusco sopor.
Tras eso, la nada”.
Fragmento extraído del AAR del soldado de primera Mark A. Blossom, corazón púrpura. 1/3 82nd Rr. Iraq 2008.
El reglamento utilizado ha sido Seven Days to the River Rhine, que podéis encontrar aquí. Pensado originalmente para el frente europeo en el contexto de los años 80 pero ampliado con muchos suplementos que podéis encontrar en internet.
Para los Technical he usado las reglas de Irregulares. Debo confesar que el bando insurgente acaparó toda la fortuna y la mala suerte quedó para el bando americano.
Muy recomendable, sencillo y efectivo.
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