Me dispuse de inmediato a rastrear el pueblo con mis hombres cuando los ladridos de Kasper, nuestro fiel sabueso, nos pusieron en guardia. Los "habitantes" de la villa habían hecho acto de aparición.
Así que aún quedaba vida, pensé... ó más bien muerte, arrastrándose hacia nosotros avanzaban varios cadáveres de No Muertos y también unas grotescas ratas de anormal y siniestro tamaño. La Sombra nos daba la bienvenida.
No había tiempo que perder, la prioridad era hallar a Aventine y llevarlo de vuelta a Tallis, pero tendríamos que hacerlo conteniendo la amenaza de los recién llegados.
Dos de las ruinosas casas se nos antojaban como buenos puntos de partida por lo que di ordenes de entrar en ellas de inmediato a la vez que me encaminaba hacia uno de los extremos de la villa donde me pareció ver algunos rastros. Con un silbido lance a mi fiel Kasper contra la rata más cercana.
Las mandíbulas de Kasper no dieron ninguna oportunidad a la inmunda alimaña pero en el centro del pueblo otra de las gigantescas ratas se abalanzo contra Thim, nuestro recluta, quién quizás atenazado por el miedo o por su falta de experiencia no pudo evitar ser mordido, sufriendo una grave herida que a punto estuvo de hacerle perder el sentido. Rupertus nuestro Arcanista acudió a su rescate preocupado por que el engendro pudiera haberle inoculado alguna enfermedad, pero el anciano sabio es más hábil con la pluma que con la espada y resultó también herido a pesar de su noble gesto.
Yo por mi parte había hallado un rastro interesante, alguien o algo había llegado al pueblo desde el bosque del norte, una siniestra arbolada envuelta en sombras pero ¿Donde estaba Aventine?, ¿pudiera ser que se hubiera internado en aquella desolada arboleda? No era momento de distraerse y regrese con mis compañeros al claro cuando observe que uno de los zombies de dirigía hacía Kasper. Alce el arco y disparé pero el venablo falló.
El inmundo ser se abalanzó sobre el can más como una bestia que como lo que había sido, mordiendo y arañando y Kasper aulló de dolor al recibir la cruel mordedura de aquella "cosa".Me encontraba demasiado lejos para ayudarle y supe de inmediato que quizás había llegado la hora para mi fiel Kasper.
Los gritos del enfrentamiento y de los impactos de las espadas lo invadían todo, el combate se había generalizado por todo el pueblo y aquí y allá caían las alimañas de la Sombra. La rata que había mordido a Thim y a Rupertus había sido eliminada por el "pequeño" Othon, nuestro compañero Templario a quién reclute justo antes de partir, una buena decisión. El gigantesco templario también había parado en seco el ataque de otro de los No Muertos.
Thanis, otro de mis arqueros había conseguido echar la puerta abajo de una de las casas importantes pero cuando se disponía a entrar un nuevo No Muerto se abalanzó contra él, pero con un rápido mandoble, fruto de sus ágiles reflejos cercenó la cabeza y el zombie cayo abatido.
Al entrar en la casa, un bulto yacía sobre el suelo en medio de un inmenso charco de sangre, Aventine había encontrado allí su final. Habíamos hallado lo que venimos a buscar pero no de la manera en la que recordábamos al Ranger de leyenda, al valiente y esforzado defensor de las fronteras del reino. Thanis observó con cuidado todos los detalles de las escena y se percató del objeto alargado que hacia cerca del cadaver, la espada de Aventine. La recogió del suelo y la guardo para llevarla de regreso a la armería de Thanis como el valioso objeto que era.
Nuestros últimos momentos en la abandonada villa fueron pacíficos, como si aquel sitio quisiera morir en silencio, y al fin en paz. Rebuscando en los alrededores encontramos algunos cadáveres de los que un día fueron sus moradores. En todos ellos aparecían evidentes signos de haber sido atacados por algún tipo de araña, aunque de proporciones gigantescas y las bestias habían llegado desde aquella arboleda del norte. Era hora de pedir venganza por aquellas pobres gentes"
Nota: Los hechos narrados corresponden a la primera partida de Rangers of the Shadow Deep, en concreto del primer escenario de la campaña. Los eventos fueron relativamente benignos y las amenazas rapidamente bloqueadas. Aún así una maldita rata puso fuera de combate a mi Arcanista, que como recuerdo ha perdido algunos dedos de un pie, y el derrumbe del edificio fue una sorpresa que pudo haber tenido consecuencias más graves. Afortunadamente todo quedo en un susto.
63 puntos de experiencia para mi ranger y la fortuna de haber resuelto los enigmas: hallar el rastro y la naturaleza de la amenaza, hallar los restos de Aventine y recuperar su espada mágica. Veremos que aventuras nos depara la segunda misión.
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