"...sudábamos y jadeábamos del esfuerzo que habíamos realizado pero la marcha forzada había dado sus frutos y la pronta llegada nos permitió coger a las infectas bestias de la arboleda por sorpresa (*). Ante nosotros se extendía una zona de arboles de copas altas y frondosas que no permitían que la luz solar penetrará bajos sus ramas.
El repelente aspecto de varios capullos de tela de araña se veía aquí y allá y al fondo nos pareció ver varios árboles donde las arañas habían hecho sus nidos.
La prioridad era abrir los capullos con la esperanza de poder rescatar a alguno de los aldeanos.
Más de inmediato las bestias de ocho patas parecieron detectar nuestra presencia y una cambiante masa de patas se lanzó sobre todos nosotros.
Rupertus y Kasper, nuestro fiel sabueso de guerra, fueron los primeros en entrar en batalla. Las mandíbulas de Kasper arrancaron de cuajo la cabeza de la primera bestia sin permitir que su ponzoñoso mordisco pudiera alcanzarles.Yo me encontraba en compañía de Othon, Mortar y Thanis cuando otra de las arañas cargo contra nosotros.
Esta vez fuimos los sorprendidos por la velocidad con la que Mortar fue atacado sufriendo una ligera herida. De inmediato su rostro mudó a una palidez vívida. El veneno había entrado en su organismo y lo debilitaba a ojos vista.
A lo lejos veiamos como más arañas encontraban nuestro rastro con asombrosa facilidad, era evidente que estas alimañas poseen unos poderosos sentidos capaces de detectar a cualquier víctima o intruso por mucho cuidado que mostrara éste al caminar.
A pesar de cojear por su reciente herida, Rupertus junto a Kasper, ya habían alcanzado uno de los capullos pero muy cerca de ellos ya acechaba otra de las arañas.
Othon asestó un mandoble que partió por la mitad a la araña que nos había atacado. Mortar había sido vengado pero todos éramos conscientes de la debilidad que le afligía.
Thanis se acercó a otro de los capullos y con su puñal rompió la madeja de hilos de araña pero en su interior yacía inerte el cadaver de uno de los aldeanos. Para él, habíamos llegado demasiado tarde.
El bosque estaba invadido por un sinfín de arañas pero aquí y allá entrábamos en combate con ellas.
Kasper acabo con la vida de una.
Al igual que Othon que repartia mandobles a diestra y siniestra.
Continuábamos luchando para alcanzar lo antes posible el resto de los capullos.
Thanis abrió otro de ellos pero una vez más solo encontrábamos cadaveres.
Un grito desgarrado de Rupertus nos hizo girar la mirada en su dirección. ¡Kasper había caído!
Y no dejaban de aparecer más de aquellas repugnantes bestias.
- ¡¡¡¡Sin tregua!!! - grité. Era una lucha contra el tiempo, y este parecía acabar con la esperanza de rescatar a alguien con vida.
De inmediato otra de aquellas gigantescas arañas se abalanzó contra mi y nos enfrascamos en una lucha en la que por todos los medios intentaba evitar que aquellas mandíbulas se acercarán a mi,
Mitch, nuestro recluta encontró otro de los capullos...
...pero una vez más nos maldecimos por nuestra tardanza, ¿es que acaso no quedaba nadie vivo?
Rupertus se lanzó contra la bestia que había acabado con la vida de Kasper.
Pero ya nuestra vanguardia había llegado a los arboles donde se encontraban los nidos de araña que de inmediato procediqmos a quemar.
Lo mismo hacía Otho...
... como yo mismo...
...o el joven Mitch.
Solo quedaba un capullo por abrir y como terrible testigo de nuestro fracaso de su interior brotó un zombie. Esta criatura otrora había sido un aldeano, pero este era el resultado que causaba el veneno de las arañas sobre los cadáveres de sus víctimas.
El ser poseía una resistencia notable y ni Mordar ni yo mismo conseguíamos doblegarle.
Fue necesario el concurso de Thanis para acabar con el zombie.
La última de las bestias, aquella que acabó con la vida de Kasper, cayó bajo los furiosos mandobles de Rupertus.
Una desoladora congoja nos invadió a todos. Kasper había muerto y no quedaba más remedio que incinerar su cadaver y nuestro ánimo quedo por los suelos al no poder rescatar a ninguno de los aldeanos. La Sombra extendía su poder con crueldad y debíamos regresar para informar de la gravedad de la situación..."
Tuve mucha mala suerte con las tiradas para abrir los capullos, 4 cadáveres y un zombie, la única nota positiva fue hallar un hatillo con una poción de Fuerza. Además, Kasper ha muerto por lo que habrá que reclutar un nuevo compañero antes de enfrentarnos de nuevo a la Sombra. Me consuelo pensando que hemos obtenido bastante experiencia y mi Ranger, Laynor, ha desarrollado nuevas destrezas.
(*) Superamos la tirada de Orientación lo que nos permitió retirar a una de las arañas desplegadas sobre el tablero.