Thursday, April 27, 2017

MÁS SE PERDIO EN CUBA


Mi constante inclinación a buscar nuevas mecánicas de juegos unida a mi pasión por la mar y sus wargames me ha hecho tomar rumbo hacia Perfidious Albion, un reglamento de combate naval en la era de los Pre-Dreadnought escrito por John Hurst y que descubrí de forma casual en la página de Angus Konstam, escritor de numerosos libros sobre guerra naval en la editorial Británica Osprey y miembro de South East Scotland Wargames Club, http://www.edinburghwargames.com

Perfidious Albion posee reglas bastante comunes y simples en lo que se refiere a Iniciativa, movimiento y disparo pero su mayor atractivo se encuentra en la manera en la que se determinan los impactos sobre los buques y el tipo de daño causado ya que cada barco posee una ficha con una representación gráfica esquemática de su perfil dentro de una cuadrícula de 6 lineas de alto por 10 lineas de ancho. Usando un sistema de tiradas de dados (d6 y d10) sobre esos dos ejes de coordenadas se obtiene la localización exacta del impacto sobre la cuadricula dañando su contendido en caso de acertar sobre el dibujo y errando el disparo si cae sobre una casilla vacía.
Los navíos de principios del siglo XX ven llegar la introducción del blindaje, pero en sus comienzos no siempre de forma general y las más solo en partes vulnerables. Perfidious Albion utiliza un valor numérico para determinar que partes del barco están protegidas y su valor de resistencia.

Para poder hacer daño en una casilla alcanzada el potencial de penetración de los proyectiles, reseñado por una letra y tras consultarlo en una tabla nos informará si es capaz de penetrar o no el blindaje.

El daño causado destruirá la instalación marcada dentro de la casilla o causara posibles inundaciones si se encuentra por debajo de la linea de flotación o incendios si cae en las casillas marcadas como fire.

Pero los navíos, como elementos mecánicos complejos también van viendo mermadas sus capacidades al ver dañadas partes menos protegidas pero vitales para su funcionamiento como timón, puente de mando, torretas, etc... que podrán originar problemas, vias de aguas o incendios que contribuyen a la pérdida de un buque.
El reglamento promueve el uso de formaciones de combate históricas penalizando acciones individuales y usando valores de aceleración y desaceleración de velocidad y plantillas de giro en función de la eslora y maniobrabilidad.
Las reglas no ocupan más que una tercera parte del libro siendo el resto una explicación extensa y plagada de ejemplos de como preparar las fichas para cada navío, proceso un poco tedioso pero no difícil y que al estar vinculado a los datos reales, eslora, desplazamiento, velocidad, etc, nos permite preparar las fichas de cualquier barco de finales del siglo XIX y principios del XX.

El sistema me parecia curioso pero no sabia como probarlo. Dude en usar mis barcos de Dystopian Wars pero de repente se me vino a la mente las memorias del Almirante Cervera sobre el combate naval de Santiago de Cuba que había leído dos décadas atrás y la honda impresión que me causó.
Además no requeria una inversión muy grande (pensé yo...) aunque tenia serias dudas de como encontrar los barcos.

En mi ayuda vino el descubrimiento de la página de War Times Journal, WTJ, quienes haciendo uso de las nuevas técnicas de impresión 3D permiten adquirir los modelos de plástico en cualquiera de las cuatro escalas ofertadas; 1/3000, 1/2400, 1/1800 y 1/1500.

Opte por la escala de 1/2400 como compromiso entre tamaño y detalle para no tener que poseer un enorme tablero de juego, (aunque adquirí un modelo del SMS Koeningsberg y del HMS Pegasus en 1/1500 solo para poder admirar la calidad del modelado CAD).

Lo cierto es que no fue tan barato como yo pensaba pero abrir el paquete y descubrir el nivel de detalle de los modelos me hizo olvidar el roto en mis cuentas. Por reseñar un detalle, los barcos poseen un microtaladro hecho sobre los lugares donde van los mástiles para poder añadirlos si se desea ya que no vienen modelados ni como piezas sueltas.

Os muestro el crucero Infanta María Teresa, buque insignia de la escuadra de las Antillas, comandado por D. Victor Concas y Palau y que embarcaba al Almirante Cervera.
Gemelo del Almirante Oquendo y del Vizcaya, este crucero de lineas elegantes adolecía de falta de "hierro" por poseer únicamente una pieza individual a proa y a popa de 280mm en barbeta, único armamento capaz de penetrar grandes blindajes y estando la artillería secundaria escasamente protegida por manteletes.
Aunque armados con tubos lanzatorpedos su escaso alcance (inferior a 900 yardas) impedía en la práctica su uso en combate.

Acompañando a los tres anteriores se encontraba el crucero Cristobal Colón, construido en Italia y que entró en servicio en 1896. 
A pesar de carecer de su armamento principal, dos piezas individuales a proa y a popa de 254mm y que nunca se montaron por ser rechazadas debido a problemas de fabricación, Cervera insistió en contar con el por sus artillería secundaria de 152mm.

Finalmente os dejo al Acorazado Pelayo, que no participó en el combate de Santiago por encontrarse bajo reparaciones en Tolón pero que adquirí para un escenario de What If.


Dejo para otra entrada los destructores Plutón y Furor quienes en compañía de sus hermanos mayores acabarían hundidos o varados en las aguas de Cuba. Y aún así... ¡volvieron cantando!